Cuando la reproducción asistida se "usa" para planificar la maternidad

Cada vez más mujeres recurren a la vitrificación de óvulos para preservar la fertilidad y concretar la maternidad cuando hayan sido alcanzados los logros profesionales o cuando llegue la pareja esperada

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Es sabido que desde la primera inseminación artificial hasta hoy, los avances producidos en materia de fertilización asistida cambiaron el destino de cientos de miles de parejas con problemas para concebir

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Además de las técnicas de uso frecuente -como la fertilización in vitro o el ICSI- desde hace tiempo existe la posibilidad de recurrir a la donación de óvulos o espermatozoides, el cultivo prolongado de los embriones para poder seleccionar los de mayor potencial para establecer un embarazo, evitar la transmisión de enfermedades hereditarias mediante el diagnóstico genético preimplantatorio (PGD, según su gila en inglés) y, entre otras cosas,

preservar la fertilidad frente a tratamientos invasivos como la quimioterapia, mediante la técnica de vitrificación de los óvulos.

En constante evolución, el segmento de la salud reproductiva no sólo ofrece soluciones a problemas médicos.

La consolidación de un modelo de mujer profesional transformó a la reproducción asistida en una herramienta de planificación.

"La vitrificación de óvulos demuestra ser cada vez más eficaz en la preservación de la fertilidad, es decir, en la posibilidad de diferir la maternidad a la espera de la concreción de logros profesionales o, en algunos casos, de la pareja que no llega"

, señaló Santiago Brugo Olmedo, director médico de Seremas, medicina para el hombre y la mujer.



Pero esta oferta creciente de técnicas cada vez más confiables no debe ocultar una verdad universal: el reloj biológico femenino. Es en este marco de cambios sociales y culturales en el que el estudio de la AMH (Hormona Anti-Mulleriana) como predictora de la reserva ovárica adquiere una importancia estratégica. Un simple análisis de sangre permite conocer el nivel AMH, hormona que tiende a decrecer cuando llega la menopausia, para a partir de allí estimar la capacidad reproductiva de cada mujer en particular.



"En nuestra experiencia el dosaje de la AMH nos permite incluso calcular la dosis de medicación que esa paciente necesitará para estimular los ovarios con el propósito de conseguir un embarazo mediante las técnicas de Fertilización In Vitro"

, agregó Brugo Olmedo.



Contando con la correcta tecnología de vitrificación, la conservación de los óvulos a 198 grados bajo cero permitirá, cuando llegue el momento adecuado vida, conseguir la maternidad.