Google y Yahoo en contra del gobierno australiano

Las empresas norteamericanas denuncian que la intención del gobierno de bloquear ciertas páginas en red australiana de internet puede ser empleado con fines políticos por el gobierno de Canberra

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Los buscadores y otras 172 compañías e internautas reclamaron en este sentido al Ministerio de Comunicación

, informó hoy la radio

ABC

. Advierten que el alto número de quejas, la gravedad de las críticas y la relevancia de sus autores indican que el Ejecutivo debe replantearse por completo su propuesta para controlar los contenidos en la red.



Por su parte,

las autoridades australianas quieren prohibir el acceso a páginas con la etiqueta "clasificación rechazada", entre las que estarán incluidas todas aquellas sobre pornografía infantil, violencia de género y abuso de drogas

.



La inclusión de una página digital en esa "lista negra" será decidida por una comisión independiente de clasificación tras examinar las quejas del público, pero todavía no está claro qué agencia oficial estará encargada de hacerlo.



Tampoco se sabe si será posible apelar a ese dictamen, qué pasará cuando un usuario intente acceder a contenidos bloqueados o si las páginas censuradas por otros países serán incluidas en la "lista negra" de Australia.



Google opina que "hay un riesgo significativo de que el filtro, aplicado ahora a contenidos de "clasificación rechazada" sea extendido por otros gobiernos futuros a otras formas de expresión, relacionadas o no con contenido sexual o violento".


Aunque el gobierno australiano asegura haber probado que el firewall funciona y no reduce el ancho de banda ni la velocidad de conexión, la empresa californiana lo cuestiona.



"Filtrar material de páginas de alto volumen -como Wikipedia, YouTube, facebook o twitter- parece ser tecnológicamente imposible, pues tendría un grave impacto en las velocidades de acceso a internet", señala su comunicado.



Google añade que la compañía tiene "políticas claras sobre qué se permite y qué no" en sus páginas, y pone como ejemplo YouTube,

"una plataforma para la libre expresión", en la que "no permitimos discursos de (que generen) odio o material sexualmente explícito".



Por su parte, la Biblioteca de Australia concluye que el filtro no protegerá a los menores de los contenidos pornográficos que se distribuyen en chat, email, mensajes instantáneos o aplicaciones para compartir ficheros.