Estos últimos días mucho se habló de Alexander Litvinenko, el ex espía ruso que murió envenenado con un producto llamado Polonio 210. Todo el mundo se preocupó por la noticia pero algunos se vieron más implicados que otros.
Es el caso del jugador español del Arsenal Cesc Fábregas. El catalán, de hecho, tiene una doble relación con el caso. En primer lugar, porque los dos sospechosos del asesinato estuvieron en la cancha viendo el partido Arsenal-CSKA de Moscú, motivo por el cual el campo pasó una inspección que descartó cualquier rastro del isótopo radioactivo.
Pero es que, además, Cesc era un cliente habitual - como otros jugadores del Arsenal - del restaurante japonés que fue cerrado al sospecharse que allí se pudo producir el envenamiento y donde tuvo lugar un encuentro entre el profesor italiano Mario Scaramella y el ex espía soviético, según informó el diario Sport.
En declaraciones a Catalunya Radio, Cesc explicó que "no tenía ni idea de que habían estado en el partido contra el CSKA, pero si sabía que había aviones que podían haber sido infectados y que parte de la trama pasó en un restaurante al que voy habitualmente".
No quiere darle mucha importancia al tema, pero si reconoce que "aunque me gusta mucho la comida japonesa, durante un tiempo y hasta que se aclare todo, por precaución será mejor que no vuelva por ahí".
La opinión del jugador español es que "todo es una anécdota, aunque seria. No creo que tenga nada que ver con el Arsenal".