A los 91 años, murió la última descendiente ona en Ushuaia

La mujer falleció luego de padecer una enfermedad durante varios años. Enriqueta Gastelumendi fue una gran escultora autodidacta que realizaba estatuillas en una sola pieza de madera de lenga

Compartir
Compartir articulo

La última descendiente directa de la comunidad aborigen ona que residía en Ushuaia , Enriqueta Gastelumendi, murió a los 91 años.

Sus restos fueron sepultados ayer en el cementerio municipal luego de una misa de cuerpo presente realizada en la parroquia Nuestra Señora de la Merced.

Según informaron hoy sus familiares, Gastelumendi falleció en la casa de una de sus hijas luego de batallar durante años contra una enfermedad que la había alejado de la exposición púbica.

La descendiente de los onas también fue una gran escultora autodidacta que se especializó en trabajar piezas de lenga para reproducir imágenes de animales autóctonos y rostros de aborígenes.

El fallecimiento de Gastelumendi sorprendió a los miembros de la comunidad aborigen Alkan, con sede en Río Grande, que reúne a descendientes de tercera y cuarta generación de los primeros pobladores de Tierra del Fuego, cuando fueron consultados y
expresaron que lamentaban la pérdida.

Gastelumendi había sido declarada "ciudadana ilustre" de la ciudad por el Concejo Deliberante y su nombre y apellido identifican al edificio de la Casa Municipal de Cultura, que ayer cerró en señal de duelo, en homenaje a su trayectoria como representante de
la desaparecida cultura originaria de la isla, pero también en reconocimiento a su calidad de artista.

Gastelumendi era la última descendiente directa de madre selknam y padre español.

Como artistas se destacó por sus estatuillas en una sóla pieza de madera de lenga, en la que reprodujo rostros aborígenes, animales autóctonos y hojas de lenga con notable precisión, pese a que fue autodidacta y su esposo le tenía prohibido hacer tallas.

Enriqueta había nacido en la estancia Viamonte, en la zona norte de la isla, en 1913, pero a los cinco años cruzó la cordillera a pie junto a su familia para radicarse en la estancia Harberton y al poco tiempo el padre llegó a Ushuaia.

La mujer era conocida en la isla como la "india Varela", en memoria a su primera marido, Jesús Varela, con el que tuvo nueve hijos.

Aquel matrimonio, según recuerdan sus familiares, había sido un convenido por su madre con la familia de Varela, un puestero de la estancia Puerto Moat que murió en 1959.